En los últimos años se ha presentado un verdadero interés por la necesidad de encontrar procedimientos alternativos de atención médica diferentes a la consulta médica tradicional en consultorio, que respondan al incremento observado tanto en los costos sanitarios como en las expectativas de los pacientes.

Las diferentes definiciones de telemedicina hacen referencia a las técnicas y tecnologías utilizadas para la práctica médica a distancia, manteniendo el significado de la Organización Mundial de la Salud, que se refiere a la telemedicina como “el suministro de servicios de atención sanitaria en los casos en que la distancia es un factor crítico, llevado a cabo por profesionales sanitarios que utilizan tecnologías de la información y la comunicación para el intercambio de información válida para hacer diagnósticos, prevención y tratamiento de enfermedades, formación continuada de profesionales en atención a la salud, así como para actividades de investigación y evaluación, con el fin de mejorar la salud de las personas y de sus comunidades”.
La tecnología tiene el potencial de mejorar la calidad de la atención médica y de hacerla accesible a más personas. La telesalud puede ofrecer oportunidades para que la atención médica sea más eficaz al estar mejor coordinada en el caso de un paciente que requiere un tratamiento interdisciplinario. En este sentido, le permite al paciente poder acceder a su tratamiento acordando las consultas con los distintos profesionales en su tiempo disponible, sin tener que asistir a diferentes lugares o al mismo lugar en días distintos. Esto permite al paciente tener sus consultas en un lugar cómodo de su casa, lo cual, en el caso de los trastornos de la conducta alimentaria, favorece el proceso personal de cada consultante.
Los pacientes también ahorran tiempo y dinero en transporte, disminuyendo ausencias a los turnos médicos y se brinda la posibilidad de tratamiento a aquellos pacientes de zonas alejadas, mejorando los resultados de salud, lo cual se traducen en mejor calidad de vida. Además, la telemedicina reduce el tiempo que el paciente debe suspender sus actividades para acceder a una consulta. Otro beneficio de la telemedicina es la ayuda al personal médico para identificar aspectos claves del paciente, por ejemplo, condiciones de vivienda, salubridad y alimentación, permitiendo brindar cuidados más personalizados, centrados en el paciente.